La iguana en estado salvaje.


Antes de adentrarnos de lleno en la cría de la iguana en cautividad, sería interesante conocer cómo viven las iguanas en su medio natural.
Las iguanas viven distribuidas por toda Sudamérica e Islas del Caribe, en zonas de vegetación espesa y en altura (manglares, selvas, pastizales, riberas de ríos, acahuales...), donde la temperatura media anual es de 27-28ºC y la humedad ambiente es superior al 70%. Son animales fundamentalmente arborícolas, es decir, que en los árboles pasan la mayor parte del tiempo, y lo hacen gracias a sus fuertes garras y su larga cola. Al ser reptiles, son de sangre fría, con lo que con los primeros rayos de Sol, suben a las ramas más altas para alcanzar la temperatura óptima "operativa", digamos unos 28-33ºC. Acto seguido se dedican a la búsqueda de alimento, sobre todo hojas (son folívoros) , brotes tiernos y algún que otro fruto, la mayoría de éstos los consiguen sin bajar de los árboles aunque en ocasiones pueden bajar, bien para comer frutos maduros, para poner huevos (en madrigueras que excavan en el suelo) o bien para huir de algún depredador (las iguanas prefieren vivir cerca de ríos para así zambullirse desde el árbol en caso de peligro, pudiendo estar sumergidas durante lapsos de tiempo de hasta 15 min.).


Las iguanas son animales bastante solitarios y sólo viven en comunidad mientras dura el periodo de celo y reproducción, durante el cual se juntan en grupos de unos 5 a 8 miembros, formados por un macho dominante, varias hembras, y ejemplares jovencitos. Como vemos se forma una jerarquía en la cual el macho dominante tiene mayores privilegios (sobre las hembras, a la hora de tomar el Sol, etc...). Suelen estar siempre alerta ayudándose unas a otras en la difícil tarea de vigilancia continua. Sus principales enemigos (además del hombre), son los felinos, serpientes y aves de presa (el zanate que se alimenta de crías, el tejón, el mapache que destruye sus nidos para alimentarse de los huevos, la boa, incluso perros y gatos domésticos).


Las iguanas jóvenes prefieren situarse en una altura baja-media del bosque donde el calor no es tan sofocante y la humedad es más elevada. Por el contrario, las iguanas adultas suelen ocupar las copas altas de los árboles donde el Sol da con más intensidad y donde la humedad es menor.


Durante un periodo determinado de tiempo (que suele variar de unas regiones a otras) pero que normalmente va de diciembre a febrero, las iguanas entran en celo y centran toda su actividad en intentar aparearse. Los machos pelean por un territorio elevado y soleado. Las hembras observan a los machos y suelen elegir a aquel más grande o dominante. Tras este periodo de tiempo, una hembra puede aparearse hasta con tres machos, y un macho puede envestir a multitud de hembras. Al quedarse preñadas, las hembras, tras dos meses de gestación, pelearán por un terreno donde realizar los túneles (de 25-50cms de profundidad y de 7 a 15 mt de largo) donde depositar los huevos. Los huevos eclosionaran entre los 70 y 90 días dependiendo de las condiciones climáticas.


Por último, decir que las iguanas han sido siempre cazadas por los nativos de la zona (sobre todo el día de Pascua, en la que es el manjar por excelencia) , aunque durante los últimos años son perseguidas con fines comerciales mediante perros adiestrados. El negocio peletero y de venta como animal de compañía han hecho peligrar su existencia hasta llegar a estar registradas en el apéndice II del CITES (Aquí es donde entras a formar parte TÚ, comprador de animales exóticos).


Un día cualquiera en la vida de una iguana:
Las iguanas son animales diurnos, esto quiere decir que están activos únicamente por el día y duermen por la noche. Son animales que, a diferencia de perros y gatos, siguen una rutina diaria que suele ser inmutable (quizá sea por esto mismo por lo que odian los cambios y se estresan con facilidad). Pues bien, una iguana salvaje se despierta cuando sale el Sol y busca un sitio soleado donde tumbarse y calentarse hasta alcanzar la temperatura apropiada para moverse con facilidad y buscar alimento. Así permanecen más o menos hasta mediodía, es entonces cuando se dedican a la búsqueda de forraje, flores, hojas, brotes tiernos, frutos suaves... Tras comer lo suficiente, buscan de nuevo un sitio soleado donde permanecer tumbadas y digerir el alimento. Al atardecer, buscan un sitio seguro donde esperar a que llegue la noche. Y así durante los 10 a 15 años que suelen vivir las iguanas salvajes. ¿No os parece una vida relajada?

Usos y forma de caza de las iguanas en su hábitat natural:
En la actualidad, las poblaciones de iguana, han desaparecido o disminuido de manera significativa en todas sus latitudes de distribución, desde los estados de Sinaloa y Veracruz en México hasta Brasil y Paraguay. Debido principalmente a la caza inmoderada y a la destrucción de su hábitat. En México, los estados en donde se presenta mayor captura son Oaxaca, Guerrero, Campeche y Chiapas. Donde sus poblaciones se han reducido drásticamente.

Estas acciones son el resultado del uso de las especies de iguanas por las comunidades locales en Latinoamérica como alimento de subsistencia. Además, ha representado una fuente importante de proteínas con alto valor nutricional en los trópicos de América desde hace cientos de años. La caza de iguanas se ve reflejada en numerosas culturas del Pacífico y América Central, donde es utilizada principalmente como alimento, consumiendo la carne y huevos por considerarse afrodisíacos y deliciosos prácticamente en todas las regiones donde habita, principalmente por la población rural.
En Latinoamérica la gente puede pagar más por la carne de iguana que por la de pescado o pollo, y es un aliciente común de las recetas tradicionales. Además, el uso de la piel para la fabricación de artículos de artesanía (bolsos, zapatos, cinturones y carteras) constituye un ingreso adicional para esta gente, aunque su comercialización sea ilegal. Hasta hace unas décadas existían incluso rutas de comercio de iguanas.


En Chiapas las iguanas se capturan por cientos durante la época de postura con un lazo, luego les abren los dedos para sacar los tendones y amarrar con ellos sus extremidades anteriores y posteriores, por encima del lomo. Para obtener los huevos, abren el vientre del reptil, jalando los largos oviductos y sin más arrojan por ahí al animal vivo, con el vientre abierto.
En algunas partes del Golfo de México la caza de iguanas se realiza utilizando perros iguaneros adiestrados (con las orejas cortadas según la tradición) los cuales deben coger a las iguanas pero sin comérselas. Un hombre sube a los árboles y las asusta, las iguanas por instinto se lanzan al río o al suelo y es cuando estos perros las persiguen y atrapan. 
Una vez capturada la iguana es atada de sus extremidades por encima del lomo, para ello, jalan una de sus uñas con todo y tendón para insertarla en el tendón de la falange en la extremidad opuesta. Además, debido a su agresividad (justificada digo yo...) se les cose el hocico para evitar que muerdan durante el transporte.