Celo y reproducción.


Antes de adentrarnos de lleno en la fase de celo y reproducción, vamos a intentar saber (si no lo sabemos aún) el sexo de nuestra iguana. La pregunta más común que suele hacerse el propietario de una iguana cuando la adquiere es si se trata de un macho o una hembra. Muchos propietarios piensan que el sexo no puede ser determinado hasta que la iguana no ha alcanzado una determinada edad. La verdad es que las iguanas juveniles no tienen diferencias apreciables que nos indiquen su sexualidad, y sólo con una exploración veterinaria podríamos averiguarla. 
La aparición de los rasgos diferenciales e identificativos está relacionada con el tamaño de la iguana más que con la edad (de hecho hay iguanas que crecen más rápido que otras). 
De este modo podemos afirmar que una iguana macho alcanza su madurez sexual cuando la SVL sobrepasa los 20 cms y que una iguana hembra la alcanza cuando la SVL sobrepasa los 25 cms. Traducido en años, dependiendo del cuidado de la iguana y de su dieta, podríamos estar hablando de entre 1.5 y 2.5 años.

Diferencias físicas en iguanas macho:

Durante la madurez sexual, los machos experimentan serios cambios físicos, más visibles cuando mayor es la edad del macho:

- Los músculos encargados de contraer la mandíbula (delante del tímpano) aumentan en tamaño.
- El aumento de estos músculos, se ve acompañado por un aumento del tamaño de las escamas subtimpánicas (como si se hincharan).
- Sobre la cabeza, detrás de ambos ojos, aparecen dos abultamientos paralelos y blandos.
- La cresta dorsal aumenta de tamaño, sobre todo en la zona del cuello.
- Los poros femorales aumentan de tamaño y sobresalen de los muslos (como si de pequeñas uñas se tratasen), sobre todo durante el periodo de celo.
- Tras la cloaca, podemos observar dos abultamientos correspondientes a los hemipenes.

En conclusión, los machos suelen ser menos esbeltos, más pesados y grandes que las hembras.


Diferencias físicas en iguanas hembras:
Diferenciar una iguana hembra de un macho es tarea fácil cuando ambos ya son ejemplares adultos, ya que una iguana hembra carece de todos los signos que caracterizan a una iguana macho. Sus cabezas son mas pequeñas y delgadas (carecen de los abultamientos de la cabeza y las hinchadas escamas subtimpánicas). Los poros femorales son bastante pequeños y el bulto hemipeniano no existe. En general, podríamos decir que las iguanas hembras poseen cuerpos más esbeltos y delgados que los machos.

El periodo de celo:
El periodo de celo se da en iguanas que han alcanzado la madurez sexual. Y suele repetirse año tras año siempre por las mismas fechas. Suele durar desde semanas hasta meses, y es difícil determinar cuándo una iguana en cautividad entrará en celo, ya que esto depende de muchos factores como la luz, temperatura, fotoperiodo, de la iguana misma, etc... Lo que sí es cierto es que no depende de que haya o no otra iguana. Al ser un periodo en el que la iguana experimenta unos cambios físicos y psicológicos que tienden a convertirla temporalmente en un animal agresivo, territorial y de conductas imprevisibles, es necesario saber a qué nos enfrentamos y cómo actuar durante esta etapa de su vida.

Cambios físicos y de conducta en iguanas macho:

Cambios físicos:

- Su librea adquiere una coloración anaranjada.
- Los poros femorales se engrandecen y alargan (orientados hacia la cola), como unas protuberancias en forma de pequeñas uñas a lo largo de todo el muslo.
- Depósito de pequeños restos de esperma en diversos lugares.
Cambios en la conducta:
Estos cambios son los que realmente deben de preocuparnos, de hecho la mayoría de las iguanas que han sido abandonadas o dadas en adopción, ha sido debido a que sus dueños no han soportado o entendido su conducta durante el periodo de celo. Por eso, es nuestra obligación aceptar el periodo de celo como algo natural y comprensible, así como tener la paciencia que sea necesaria para hacer de esta etapa, una etapa más en la vida de nuestra iguana. Los cambios suelen ser:

- Cambios en la conducta de la iguana que la hacen comportarse de forma nerviosa e incluso agresiva, haciendo imposible el cogerlas o interactuar con ellas.
- Incremento de la conducta de territorialidad: Aumento del movimiento de oscilación de la cabeza, defensa del territorio y posturas amenazantes frente a cualquier signo de intrusión y patrulla continua de un lado a otro del territorio.
- Intentos continuos de apareamiento o de masturbación con objetos inanimados o animados.
- Cambios en la conducta normal: Pérdida de apetito, menor tiempo de exploración del terrario, defeca donde antes no lo hacía....

Por lo tanto debemos estar atentos frente a los posibles ataques que nuestra iguana pueda realizar, y que suelen ser bastante peligrosos. No importa lo domesticada que esté nuestra iguana, ni la docilidad que hemos conseguido que adquiera con la práctica, el celo, normalmente, afecta de igual modo a todas las iguanas, aunque siempre existan casos diferentes. Mejor ser precavido.
Una cuestión ampliamente discutida sobre el celo en iguanas macho, es si existe algún modo de evitar que durante este periodo, las hormonas no afecten la conducta de nuestra iguana.

La respuesta sigue todavía sin aclararse. La castración es el único método que se conoce capaz de contrarrestar más o menos los efectos del celo, aún así, la operación es costosa y con alto riesgo, sobre todo teniendo en cuenta que muy pocos veterinarios están realmente cualificados para llevarla a cabo. Hasta el momento, son pocas las evidencias reales y demostrables, de que la castración da resultados eficaces. Así que hoy por hoy la mejor opción es estar preparado, ser comprensivo y ser ante todo paciente; antes de enfrentarse a un método tan antinatural, peligroso, ineficaz e irreversible.

Hemos dicho que el apetito disminuye, o mejor dicho, disminuye el tiempo de dedicarse a alimentarse, ya que la iguana está inmersa en otras labores para ella, más importantes (defender el territorio e intentar aparearse). Por lo tanto durante este periodo intentaremos alimentarla lo mejor posible (al menos que lo poco que coma sea muy nutritivo), podemos utilizar algún suplemento vitamínico y sobre todo, proporcionarle agua o alimentos que contengan mucha agua (melón y demás frutas).

Las iguanas machos, inmersas en sus tareas de vigilancia, olvidan incluso el ir al wc, por lo que es normal que una iguana que hasta ese momento había ido a defecar a su bandeja de agua, lo haga ahora cerca de donde se encuentra la mayor parte del tiempo. Durante este tiempo pues, tendréis que prestar más atención a las tareas de limpieza del terrario. Afortunadamente, las buenas costumbres vuelven una vez haya acabado el periodo de celo (si es que la iguana tenía buenas costumbres).

Muchos dueños aseguran que su iguana no les ataca agresivamente, si no que intenta lanzarse hacia una de sus piernas o pies para intentar "envestirlos". La menstruación femenina puede excitar de tal forma a una iguana, que ésta intente "aparearse" con susodicha persona. Existen muchas chicas y mujeres que aseguran que cuando están menstruando, su iguana se comporta muy cariñosamente con ellas y hace intentos de masturbación con alguna parte de sus cuerpo. No obstante, no hay que confiarse, las iguanas suelen morder el cuello de la hembra, su piel es más fuerte que la nuestra, y esos "mordiscos de amor" no podrían ser tan agradables para nosotros. Sería pues una buena idea proporcionarle a la iguana algún objeto semejante a ella con el que poder practicar su ritual de apareamiento y desahogarse a la vez (una toalla enrollada de color verde, un lagarto de peluche, unos calcetines verdes...). Durante estos intentos podemos ver la eversión de los hemipenes, quizá nos asustemos la primera vez, pero es algo normal.


Cambios físicos y de conducta en iguanas hembra:
Cambios físicos: Las iguanas hembra, también experimentan cambios físicos durante el periodo de celo:

- Independientemente de que se haya apareado o no, una hembra sana y madura suelen gestar huevos en sus ovarios. Esta situación es conocida como estar grávida. 
- Su librea adquiere tonos anaranjados sobre las patas y/o en la barriga, aunque estos cambios de color no suelen ser muy llamativos.
- A medida que se desarrollan los huevos, la iguana va perdiendo el apetito, y sus piernas y cola adelgazan significativamente.
- La barriga aumenta considerablemente de tamaño hasta el punto de que los huevos pueden se palpados exteriormente (ojo si intentamos tocarlos, ya que podrían romperse en su interior y causar una grave infección).
En ocasiones, una hembra grávida, aparentemente no parezca estarlo, no obstante, las iguanas hembra también experimentan cambios en la conducta:
  • Las iguanas hembra también se alimentan menos (hiporrexia) o nada (anorexia). En general la anorexia se hace evidente de 4 a 6 semanas antes de desovar, ya que los huevos en formación, ocupan tanto espacio en el celoma que, literalmente, impiden que el estómago contenga alimentos. En machos, no es tan grave, pero en hembras, además de aportarle alimentos nutritivos y ricos en agua y sales minerales, debemos aportarle suplemento cálcico en su dieta así como alimentos hipercalóricos (como por ejemplo HILLS A/D diluído a partes iguales en agua. El volumen a admistrar será de 0.5-1% del peso corporal). El calcio es fundamental durante esta etapa, ya que la iguana lo utiliza para formar las cáscaras de los huevos, por lo que sus huesos experimentan una disminución considerable del calcio. La enfermedad metabólica de los huesos (MBD) es común en hembras grávidas. Ver apartados de suplementos y enfermedades, para hacer frente a este problema.
  • Otra conducta que nos puede desvelar que nuestra iguana hembra está grávida, es el hecho de que constantemente esté excavando o intentando excavar. En estado salvaje las hembras cavan túneles en el suelo donde depositan los huevos. Es por ello que muchas iguanas grávidas pasan largo tiempo intentando encontrar un sitio donde excavar y depositar sus huevos, la veremos cavar sobre la moqueta, en el substrato del terrario, en las macetas, etc... Por lo tanto, es nuestra obligación el proporcionarle un sitio donde excavar y depositar los huevos una vez desove (a pesar de la suciedad que ello supone). Muchas iguanas han llegado a depositar sus huevos en cualquier rincón de la casa o del terrario por no proporcionarles un sitio adecuado donde desovar, con la peligrosidad que ello supone.
  • Otros síntomas menos evidentes són: ausencia de defecación, nerviosismo, apatía, aumento del diámetro corporal, etc.